Ver en la televisión a alguien que trabaja en casa, con total libertad de horarios, compaginando su vida familiar y laboral a la perfección, despierta cuanto menos, una sana envidia en mucha gente. No digamos, si además, se añaden tintes argumentales como unas cómodas pantuflas. Teóricamente, el Teletrabajo, debiera servir para que cualquier profesional pudiera desarrollar su labor, independientemente del lugar en que se encuentre.
Ésta, claro está, es la teoría, porque hay muchos profesiones difícilmente teletrabajables y otras, aun siéndolo, no encuentran la necesaria receptividad empresarial. Argumentos a favor del Teletrabajo hay muchísimos y en contra, tan sólo se sostienen un par, entonces ¿por qué no se acaba imponiendo esta forma de trabajo?, ¿por qué no existen las ofertas de Teletrabajo?.
Estas dos, deben ser las preguntas más repetidas en los foros, congresos y publicaciones alrededor del Teletrabajo. ¿Por qué no se acaba imponiendo esta forma de trabajo? Las respuestas son obvias, el Teletrabajo no es la panacea del empleo, además, son muchos los trabajos que requieren un elevado porcentaje del tiempo en modo presencial y la razón más definitiva, los empresarios, en su mayoría lo desconocen. No saben de su implicación directa en las mejoras de productividad, ni de su influencia decisiva en el abaratamiento del coste de implantación por puesto de trabajo en casi un 50%, y lo que es peor, desconfían de los medios técnicos actuales para garantizar un nivel de trabajo serio.
Pero la verdadera razón hay que buscarla en el sistema productivo de nuestras empresas. El Teletrabajo requiere un cambio sustancial de los clichés, cambiar vigilancia por control y para eso, nada mejor que un sistema productivo basado en el trabajo por objetivos, lo que desliga la producción del horario y el espacio de la empresa. Esta es la verdadera limitación en el crecimiento, la falta de un esquema que nos permita valorar a los empleados por su trabajo.
Hoy por hoy, en España, son contados los casos de empresas que han implantado el trabajo por objetivos y curiosamente, los casos más conocidos de empresas que sí lo aplican, coinciden con los ejemplos más utilizados de implantación del Teletrabajo.
En cuanto a la segunda pregunta ¿por qué no existen ofertas de Teletrabajo? La respuesta es muy sencilla: el Teletrabajo no existe como profesión, no es más que una forma de desarrollar el trabajo, por tanto, difícilmente se pueden crear bases de datos con ofertas de Teletrabajo, aunque lo que si se puede hacer, y por suerte, cada vez se hace más, es incluir en los requisitos de la oferta, la posibilidad de realizar el trabajo que se oferta en modalidad de Teletrabajo, lo que no implica que el trabajador sea un desconocido para la empresa; un sistema mixto, combinando varios días en la empresa y varios días en casa del empleado, también es Teletrabajo, al igual que el trabajo en oficinas satélite o en centros de recursos compartidos, alejados de la sede central de la empresa.
Ojo por tanto, mucho ojo,con las numerosas ofertas que se apoyan en el nombre del Teletrabajo para captar incautos adeptos que se convierten en cebadores de la cuenta corriente de algún listillo sin escrúpulos, que nos ofrece con suma generosidad, su descubrimiento de la forma de hacerse rico en un rato.